lunes, 10 de junio de 2013

Independiente vive su peor pesadilla


     Independiente parece no tener salvación. Luego de la derrota sufrida ante River, se aproxima al abismo que lo depositaría en la B Nacional y podría estar transitando sus últimas horas en la elite del fútbol argentino si Argentinos Juniors le gana a San Lorenzo esta noche.

     Pero la caída libre del Rojo no data de estos últimos partidos, ni siquiera es patrimonio exclusivo de esta temporada. La crisis deportiva, económica e institucional del conjunto de Avellaneda tiene su epicentro en un sinfín de malas decisiones, derroches de dinero y rendimientos futbolísticos que no superaron las expectativas.

     El comienzo de la debacle se hizo presente bajo la conducción de Julio Comparada, quien dejó un club practicamente en ruinas y con un estadio a medio construir. La conquista de la Copa Sudamericana en 2010 obnubiló al mundo rojo e hizo que propios y extraños subestimaran la situación. El desvelo por la gloria internacional relegó a Independiente a la última colocación de la tabla, algo que marcaría el principio del sufrimiento por el promedio.

     La danza de entrenadores alimentó aún más el confuso panorama e hizo que hasta el Tolo Gallego, técnico ídolo del club, deba retirarse por la salida de emergencia. Entre cuentas que no cerraban -ni en los promedios ni en las finanzas- asumió como presidente Javier Cantero. La profunda crisis institucional se acrecentó cuando el máximo dirigente se propuso hacer frente a los barras para desterrarlos del Libertadores de América.

     En lo futbolístico, el panorama no cambió demasiado. Salvo esporádicos momentos de esperanza o algunos resultados a favor, el hincha nunca pudo dar rienda suelta a la ilusión. El clamor de la gente y la presión mediática sumió a los jugadores en un profundo nerviosismo que, obviamente, se trasladó al campo de juego.

     Independiente siempre supo que el campeonato que define su futuro no iba a ser fácil, ya que dependería, en gran medida, de equipos que dividen por menos temporadas. La aparición de Argentinos Juniors como el principal rival en la lucha por salir de la zona caliente, creó una pequeña luz de esperanza en el camino. Pero la falta de respuestas futbolísticas produjo que, a esta altura, el Rojo ya no dependa de sí mismo para salvarse.


     En la foto final aparecerá Miguel Brindisi, el entrenador que intentó disfrazarse de bombero, el menos responsable. Aparecerán aquellos jugadores de experiencia que no estuvieron a la altura de las circunstancias y los juveniles surgidos de la cantera que pusieron el pecho en el peor momento. Los culpables de semejante catástrofe deportiva brillarán por su ausencia. A falta de dos fechas para finalizar el campeonato, sólo un milagro puede salvar a Independiente.

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