sábado, 1 de junio de 2013

Mick Jagger, una estrella sin tiempo





Las bombas sobre Londres parecían vaticinar el nacimiento de uno de los mayores íconos de la historia del rock aquel verano de 1943. Su padre Joseph, quien introdujo el básquetbol en la isla británica, siempre quiso que su hijo se dedicara al deporte. Pero Michael Phillip Jagger  ya soñaba con los escenarios que lo terminarían convirtiendo en una celebridad cuando, a los 15 años, se compró su primera armónica.

Jagger no siempre fue el sujeto rebelde e irreverente que conocemos hoy en día. Gracias a las buenas notas que sacó en el colegio secundario obtuvo una beca para estudiar en la London School of Economics. Pero nunca terminó la universidad y fue en ese momento que decidió dejar de ser Mike para convertirse en Mick.

Fue en 1962 que junto con su amigo Keith Richards dieron comienzo a The Rolling Stones, una de las bandas más influyentes, longevas y populares de la historia del rock. Aún hoy, con un promedio de 70 años, sus integrantes no pierden carisma ni actualidad: “Es una carga pesada llevar encima los recuerdos de tanta gente”. Jagger, a veces, se siente prisionero de su propia fama.

En poco tiempo, Mick se convirtió en el prototipo perfecto del cantante de rock: una garganta versátil, un físico sensual, excéntricos movimientos escénicos y declaraciones explosivas. Eternamente admirador de la música de Chuck Berry, el bocón cantante siempre se esforzó por detener el paso del tiempo en la imagen que le devolvía el espejo. Seguir una dieta a base de semillas macrobióticas, inyectarse glándulas de mono e injertarse pelo de cuarenta personas son sólo algunos de los ítems que aparecen en su interminable lista de extrañas ocurrencias. Su cuerpo, al igual que su música, siempre derivó en una constante experimentación.

Portador de propuestas demoníacas, se atiborró con un salpicón de drogas y puso en práctica una infinidad de conductas sexuales polémicas. Se enfrentó a casi todo el mundo y se volvió un coleccionista de top models.  Quienes tuvieron la oportunidad de entrevistarlo alguna vez lo describen como “un tipo esquivo y áspero, de respuestas hirientes y actitudes desafiantes”. 

“Cuando cumpla los 33 me retiro. No quiero dar la misma imagen patética de Elvis en sus últimos años. No soportaría ser un anciano interpretando Satisfaction para unos pendejos que podrían ser mis nietos para toda la eternidad”, una vez Mick predijo su fecha de vencimiento y se equivocó.

Hoy, con 70 años, Michael Jagger opta por dar una imagen más familiar y conciliadora. Con siete hijos y cuatro nietos, defiende su filosofía de crianza: que cada uno aprenda a valerse por si mismo y no dependa de los regalos de nadie. Jagger también apuesta a las causas solidarias: en 2008 rodó la película Dame Refugio junto al actor Ben Affleck para conseguir 23 millones de dólares que las Naciones Unidas necesitaban para proveer de agua potable y equipos de emergencia a personas damnificadas en la República del Congo.

        "El pasado es un sitio espléndido. No quiero cancelarlo ni arrepentirme de él, pero tampoco quiero ser su rehén", Jagger habla desde la elocuencia y con la certeza de que ha dejado su huella. En la década del '60, el movimiento Stone llegaría para quedarse y trascender generaciones. Mick Jagger es una estrella sin tiempo ni edad que, luego de 50 años al servicio del rock, se erige como el sobreviviente de todos los excesos y un tributo a la rebeldía musical.




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